A pesar que la vicepresidencia se niega a reconocer avances en la  implementación del megacolector alrededor del lago de Atitlán, autoridades y pobladores de San Pedro La Laguna, denuncian que el proyecto continúa su marcha.

El proyecto que plantea la instalación de 90 kilómetros de tubería a 42 metros de profundidad para  bombear aguas negras y trasladarlas a una planta de tratamiento que desembocaría en el rio Madre Vieja, necesita una inversión de 1 mil 600 millones de quetzales. Los fondos se conseguirían a través de préstamos internacionales.

Sin embargo, antes se  debe culminar proyectos de alcantarillado, que  tienen un costo aproximado de 150 millones de quetzales  por municipalidad. Para el  concejal Domingo Tus, esto hace el proyecto inviable.

“La municipalidad de San Pedro (La Laguna) recibe 15 millones de quetzales al año, ¿Cuántas administraciones se necesitan para cubrir el proyecto?” manifestó.

Agapito Cortez, representante del Consejo Comunitario de Desarrollo, agregó que el costo de mantenimiento se trasladará a los pobladores, quienes tendrían que realizar un pago de Q.41 cada mes

La inversión resolvería tan solo el 20% de la contaminación, según estudios realizados por la Universidad del Valle de Guatemala. Esto lleva a las autoridades a pensar en que realmente las intenciones del proyecto no sea sanear las aguas del lago.

“En vez de ser un proyecto que va a contribuir, puede ser el peor riesgo. Imaginen la tubería sacando todas esas aguas. El nivel del lago sube y baja con el invierno, pero ahora tendrá una salida permanente y eso extinguirá el lago” denunció Santiago Quicain Sac, primer cargador del Consejo de Ancianos.

La denuncia pública de las autoridades y pobladores se vio interrumpida por integrantes de la “Asociación Amigos del Lago”, quienes de forma irrespetuosa pretendían defender el proyecto.

Finalmente Chesley Smith, integrante de la asociación, informó que el proyecto podría implementarse en uno o dos años, toda vez cuenten con los permisos necesarios.