Foto: Orlando Sierra/ AFP  

El dictador José Efraín Ríos Montt gobernó el país durante 1982 y 1983 como presidente de facto. Durante su gobierno se cometieron la mayoría de masacres contra población civil desarmada.

Por ello en el 2013 fue juzgado por genocidio y delitos de lesa humanidad. Más de 86 mil muertes ocurrieron durante los 17 meses en los que ocupo el poder.

El esclarecimiento Histórico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que 448 aldeas fueron borradas del mapa durante su gestión.

Otro caso abierto es el de la masacre de las dos Erres ocurrida en Las Cruces, Peten, el 6 de diciembre de 1982  donde el ejército asesino a más de 200 personas. Sobrevivientes de dicha masacre indican que fueron sacados de sus viviendas por la fuerza mientras varias mujeres y niñas eran abusadas sexualmente.

Luego de haber sido el actor intelectual por haber liderado y ordenado dichas masacres en su mayoría hacia población maya. Siguió estando presente en la política guatemalteca.

En 1995 Ríos Montt junto a su hija Zury Rios logran currules en el Congreso de la Republica con su partido, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), lograron un total de 21 diputados.

 Durante las siguientes elecciones en 1999 logra la presidencia, dicho cargo fue tomado por Alfonso Portillo, gobierno que fue considerado como uno de los más corruptos.

Portillo y Ríos Montt fueron parte de la red Moreno banda de contrabando de defraudación tributaria en puertos, fronteras y aeropuertos, desmantelada en 1996 la cual era conformada por altos mandos del ejército.

Francisco Javier Ortiz, alias Teniente Jerez, declaro que cada dos semanas Portillo recibía Q.50 mil de las aduanas en Valle Nuevo y Q.20mil  de las aduanas en Pedro de Alvarado, de las cuales Q.50 mil ($6,750) eran para Efraín Ríos Montt y Q.20mil ($2,700)  para Alfonso Portillo. Cabe destacar que dicha red evadió el fisco guatemalteco por Q.90 millones ($12 millones).

En la historia del país el ex dictador Efraín Ríos Montt queda en la memoria de quienes fueron víctimas de sus órdenes sangrientas.

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