¡Hey, hey! No cambie por favor. No me mueva la frecuencia que van a empezar las noticias. Es que viera, a mí como me gusta escuchar las noticias en la radio, porque puedo seguir en mis actividades y estar al tanto de lo que pasa, porque aquí a las comunidades lo que llega siempre y nos acompaña es la radio, mientras estamos en nuestras labores diarias. Bueno, la cosa es que hoy le voy hablar sobre mujeres y hombres que hacen el noticiero Maya K’at.

Periodistas que desde sus comunidades informan, hablan sus idiomas, eso es bien chilero porque nos cuentan por medio de la radio y en nuestros idiomas lo que pasa en los territorios. Nos narran con palabras sencillas y eso le da mayor importancia e interés a la noticia, porque así la población sabe lo que pasa, además no solo se queda en la comunidad también se enteran en otros departamentos del país. Esta lucha de 18 años no ha sido fácil, porque muchos de estas mujeres y hombres que hacen periodismo comunitario, muchas veces son invisibilizados por los grandes medios corporativos de información, porque según ellos “no tienen un título que les avale como periodistas” pero, se les olvida que la información es un derecho humano, tanto el brindar como el recibir información.

Gran parte de la culpa que esto suceda también la tiene la Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), que no ha tenido voluntad para poder brindar un respaldo a las y los periodistas comunitarios, porque dis que se molestarán los estudiantes y profesionales, ¡ah! pero no tienen problema en avalar ese tipo de cosas con los trabajadores y trabajadoras de los Canales Nacionales.

Habría que recordarle a quienes dirigen la Escuela de Ciencias de la Comunicación, que las y los primeros egresados de esa unidad académica, eran empíricos como muchas y muchos periodistas comunitarios, que también su trabajo tiene una razón de ser: informar a su comunidad. Vuelvo y digo: informar es un Derecho Humano.

Hay que aplaudir la gran labor que hacen las y los periodistas comunitarios, en especial los de Maya K’at, que están donde las comunidades necesitan contar lo que les preocupa, lo que les provoca miedo, quienes les intimidan, amenazan y persiguen. Cuando quieren denunciar una injusticia, ahí están las y los periodistas comunitarios, dispuestos a tomar la noticia.

Como dijo un gran periodista y escritor colombiano Gabriel Garacía Marquez:

“El periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia.”

Agradecido con la labor informativa de Maya K’at, escribió desde los territorios:
Chairo.