En Guatemala son 69 las personas que murieron por la erupción del Volcán de Fuego y ya suman 1 millón 700 mil las que resultaron afectadas. La solidaridad popular volvió a ser la principal respuesta ante la catástrofe y el desamparo. Pero ¿qué pasa con el estado? ¿Qué han hecho los sucesivos gobiernos? ¿Están preparados nuestros países para enfrentar o mitigar las consecuencias de este tipo de fenómenos?