Foto: Impunity Watch

El 05 de enero dio inicio el juicio Oral y Público contra cinco expatrulleros por los delitos contra deberes de humanidad. Son 36 mujeres maya Achí  las que lideran un nuevo caso que coloca en el centro la violencia sexual que las mujeres sufrieron durante el Conflicto Armado Interno.

Para la defensora de derechos humanos, Ada Valenzuela, el juicio del caso de las Mujeres Achí, es una muestra más de que la violencia sexual contra las mujeres, fue una estrategia de guerra y que el mismo, es un crimen de lesa humanidad.

“Las mujeres Achi están demostrando nuevamente que es posible hacer justicia, que es posible avanzar en la justicia formal en Guatemala y evidenciar las graves violaciones a los derechos humanos, y en este caso específico, como la violencia sexual fue utilizada como una estrategia contrainsurgente, especialmente contra las mujeres indígenas en Guatemala durante la guerra, y nuevamente sentar otro precedente histórico” expresó.

Con el caso de las Mujeres Achí se demuestra una vez más, que la violencia sexual afecta la vida colectiva, a los pueblos y la humanidad misma, tal y como lo indicó Aura Cumes en su peritaje.

“Aura Cumes,  hace un buen análisis, ella dice que la violencia sexual afecta la integridad y la humanidad de las mujeres, y la humanidad, ella dice y explica, se refiere a todo el espacio, a tu persona, a tu familia, a tu comunidad y por supuesto al país”, cita Valenzuela.

Durante el primer día de juicio los peritajes de género de la Doctora Maya kaqchikel, Aura Cumes, y de cultura, de la Doctora maya K’iche’, Irma Alicia Nimatuj, son evidencias contundentes que aportan a los testimonios de las mujeres, comenta Valenzuela.

“Yo creo que el resto de las pruebas, periciales y documentales van a terminar de sustentar el testimonio de las mujeres; y recuperar ese revés que sucedió, hace dos años, cuando no se creyó en el testimonio de las mujeres, y ese es un tema fundamental”.

El Tribunal de Mayor Riesgo “A”, presidido por la Jueza Yassmín Barrios Aguilar, es el encargado de dictaminar una sentencia tras la conclusión del juicio, para Valenzuela el tribunal goza de alta honorabilidad, lo que permite que la justicia sea alcanzada.

El primer caso de justicia transicional que evidenció la violencia sexual y esclavitud doméstica cometida durante el Conflicto Armado fue el de las abuelas de Sepur Zarco, ahora son las mujeres Achí las que llegan a tribunales para que estos hechos no se vuelvan a repetir.