#Opinión – Kajkoj Máximo Ba Tiul – Centro de Reflexiones Nim Poqom.

Nuestro país sigue al borde del abismo. El pacto de corruptos y el pacto de élites siguen haciendo de las suyas. Han tomado el control de la democracia y del mismo Estado y han fortalecido al Estado como instrumento de control social, y para esconder sus fechorías o como el medio por el cual se siguen enriqueciendo.

La propuesta de ley anunciada por Giamattei en la toma de posesión, no solo tiene un enfoque anti maras, sino anti movimiento social, anti pueblos. Que tiene como objetivo principal, no limitar las acciones de las maras o de la delincuencia organizada, sino solapadamente ponerle un obstáculo a los pueblos y comunidades que demandan el cese de despojo de sus tierras, por instalar el modelo extractivista.

El paquete es redondo. Como saben que contamos con una sociedad civil, aunque organizada pero proclive a los intereses de los miembros de estos pactos. Como muestra; la elección de las ternas de gobernadores en los departamentos, que si bien participaron aquellos que se autodenominan sociedad civil, pero sus candidatos o sus elegidos a ocupar el puesto de gobernador, son corruptos y deshonesto. Entonces, aquí nos confirman que esos que se autodenominan representantes de la sociedad civil, en el Sistema de Consejo de Desarrollo, aunque no todos, pero en su mayoría, están ligados por acción u omisión, al pacto de corruptos y al pacto de élites. Asegurando así, que en todo el territorio tendrán todo el control del Estado para seguir haciendo de las suyas.

Otro tema importante que nos demuestra que estamos lejos de arrebatarles el Estado a los corruptos y a las élites económicas y políticas del país, es el trabajo que hicieron los miembros de las Comisiones de Postulación para el Sistema de Justicia. Comisiones que estuvieron al servicio de los operadores políticos del sistema de corrupción e impunidad.

Cómo es posible que seguimos caminando bajo las decisiones de operadores de políticos como Gustavo Alejos y Roberto Villatorio, alias el Rey del Tenis. Acaso no nos preocupa que un Felipe Alejos y Alvaro Arzú Escobar, sigan controlando lo que se debe aprobar y no en el Congreso. Como lo hicieron con la Ley de ONG, que tiene como función vedar el derecho a los pueblos a su libre organización y movilización.

Tenemos un nuevo gobierno plagado de funcionaros que ya habían estado trabajando con anteriores gobiernos o que son miembros de las cúpulas empresariales guatemaltecas, siendo así, la mayoría vinculados a las mafias corruptas que se han adueñado de la institucionalidad. Funcionarios que de una u otra forma, se han alimentado de la corrupción y de la impunidad.

Todo esto lo puso en evidencia la FECI, al presentar a la opinión pública, el papel que jugaba el corrupto de Gustavo Alejos. Con ello, se demuestra el fracaso de este sistema. Un sistema que se sostiene por la corrupción y que es manejado por poderes ocultos, que trabajan detrás del poder visible, como lo que hemos visto en estos últimos días con la elección de las autoridades judiciales.

Si el congreso elige dentro de este grupo de más de doscientos ungidos, a quienes administraran justicia en el país, entonces estaremos durante cuatro años, con un sistema mucho más corrupto y con la posibilidad que delincuentes ligados a proceso por corrupción y otros delitos, puedan salir libre o beneficiados con medidas sustitutivas o con la posibilidad de que puedan salir para hacer sus fechorías desde los hospitales, como lo hacía el señor Alejos.

Si de este grupo resultan los siguientes administradores de justicia, entonces seguiremos teniendo un sistema corrupto y que tenga como objetivo mantener la impunidad y por lo tanto, es más fácil que vaya a parar a la cárcel un defensor de derechos humanos o de la tierra, que un funcionario corrupto y criminal.

Por eso mismo, para terminar con estas mafias corporativas que se ha adueñado o han secuestrado este Estado, no solo urge una reforma constitucional, sino que ahora más que nunca urge, una Asamblea Constituyente Plurinacional, que venga y redacte un nuevo contrato social, porque el que tenemos, ha sido violado tantas veces que ahora solo se utilizada como slogans o como adorno.

Porque decimos una nueve constitución que diseñe un nuevo modelo de Estado y que reconozca el plurinacionalismo guatemalteco, porque solo así tendremos la oportunidad de que podamos exigir que se reconozca el derecho a la autonomía y a la libre determinación que como pueblos originarios tenemos derecho, porque no solo es el sistema de justicia el que está podrido, sino que todos los poderes del Estado.

Urge entonces terminar con este sistema podrido y putrefacto y el único camino sigue siendo la alianza de todos los pueblos. Mientras tanto demandemos para que la Corte de Constitucionalidad declare inconstitucional la forma de elección que hicieron las comisiones de postulación, exijamos para que el Congreso se abstenga de elegir a los nuevos funcionarios del sistema de justicia y demandemos para que se repita la elección de terna para gobernadores y la llamada sociedad civil, que no sea cómplice de más corrupción.