Foto: CALDH

La jueza  Alma Lisbeth Herrera Girón declaró culpables de detenciones ilegales y amenazas a Antonio y Diego Itzep López cometidas en contra del periodista Oswaldo Ical.

Y aunque la resolución marca un precedente, dos detalles llamaron la atención. Primero la juzgadora impuso 04 años de prisión, pero estos serán conmutables a razón de 05 quetzales diarios.

Esteban Celada, abogado querellante, manifestó «el mensaje que puede tenerse de la sentencia es que cualquier persona puede agredir a otro, pagar 7 mil quetzales y todo queda resulto»

Segundo, la Jueza Herrera Girón consideró que no se cometió tortura durante la detención ilegal de Ical, a pesar de mencionar durante la lectura de su resolución que el periodista estuvo amarrado y con una soga al cuello.

«Nuevamente los operadores de justicia de Quiche, impiden de que el tema de que hay practicas de tortura, salga a la luz», expresó.

La jueza  Alma Lisbeth Herrera Girón dejo abierta la posibilidad de que el Ministerio Publico y querellante continúen las investigaciones y  abran un nuevo proceso penal por el delito de tortura.

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Sobre la sentencia conversamos con Oswaldo Ical, quien considera que la sentencia da un mensaje positivo, a pesar de que no era la sentencia que esperaban. «Estamos en un departamento donde todo puede pasar. Lo peor que nos pudo haber pasado, era una sentencia absolutoria».

Ical resaltó la posibilidad de que se pueda continuar con las investigaciones y agregar el delito de tortura. «Para los jueces de Quiche, tortura solo ocurre en tiempos de conflicto Armado Interno, no en tiempos de paz».

Ical habla además sobre las dificultades de realizar periodismo comunitario y como la inoperancia del sistema permite que diariamente las y los comunicadores sean atacados y amenazados a menudo.

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