#Opinión | Jairo Mejía. 

El fin de semana, la figura del presidente, Bernardo Arévalo, y la de su gobierno obtuvo relevancia al darse a conocer la destitución reciente de la ministra del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN). Sin embargo, esta vez, Arévalo no es el centro del asunto por sus dotes diplomáticas o por su actitud de ajedrecista.

Hagamos un análisis rápido de la destitución. Es notable que se intentaba dar una participación activa al Director de la Comisión Presidencial Contra la Corrupción (CPCC), Santiago Palomo, pero no hubo mayor acción de su parte más allá de un tuit, obediente y no deliberante. También se esperaba ver dignidad en la hoy exministra María Jose Iturbide al presentar su dimisión al puesto de ministra, pero esto tampoco se dió. Con lo anterior me pregunto, ¿qué rol debería tener la Comisión Presidencial Contra la Corrupción en este tipo de situaciones? ¿Qué factores podrían influir en las decisiones de los funcionarios públicos en casos de corrupción?

Es desatinado agradecer a Arévalo por haber destituido a la ministra; él nos dejó claro que una simple llamada de atención era suficiente, un balón de orejas en el lenguaje coloquial. A quien debemos felicitar es a nosotros por mantener una presión consistente ante los abusos de este gobierno. A Vox Populi por lanzar la investigación a pesar del constante hostigamiento que sufre. Y, por último, una mención honorífica a la vicepresidenta Karin Herrera por colocar esa gota que derramó el vaso. ¿Cuál debería ser el estándar ético y de responsabilidad de los líderes gubernamentales ante casos de corrupción?

A modo de reflexión, preguntémonos, queridas y queridos lectores, ¿Cuál es el papel de la ciudadanía en la lucha contra la corrupción y la exigencia de rendición de cuentas? Y agreguemos, ¿Qué desafíos enfrentan los medios de comunicación independientes en la investigación y denuncia de la corrupción?

En fin, este debe ser un llamado a la reflexión para Arévalo, Herrera y su gabinete. La tolerancia a la corrupción es cero, y el cero significa ninguna.