Foto: Ricardo Busquets

Hoy hace dos años 15 abuelas Q’eqchis le ganaban una batalla al olvido y la impunidad, consiguiendo que por primera vez un tribunal nacional reconociera la esclavitud sexual como un crimen de guerra.

Las sobrevivientes relataron ante un tribunal como de 1982 hasta 1988 fueron obligadas a vivir en condiciones de esclavitud sexual y domestica por miembros del Ejército de Guatemala, quienes habían asesinado o desaparecido a sus esposos.

A dos años de la sentencia Demencia Yat relata que dar a conocer su caso “provoca mucha alegría, pero también dolor en el corazón”

Las abuelas de Sepur Zarco “sembraron justicia” y ahora luchan por conseguir los frutos. El tribunal dicto 16 medidas de reparación, solo una ha sido cumplida parcialmente por las autoridades. Se trata de la primer clínica móvil de la comunidad.

Cambiar la realidad de Sepur Zarcp, fue una de las razones por las que las abuelas dieron a conocer su caso y buscaran justicia, sin embargo los problemas del pasado les continúan afectando. La  falta de certeza jurídica, que provoco la desaparición o asesinato de sus esposos, no permite que otras medidas de reparación se cumplan.

Para ellas las medidas significan nuevas oportunidades para los más jóvenes.  “Nosotros no pudimos estudiar, queremos que ellos terminen su formación” expresa doña Demencia.

 “Buscar justicia no es fácil, se hace a través de mucho miedo y dolor” de ahí el reconocimiento a la  valentía de las 15 abuelas Q’eqchis, quienes con su lucha no solo rompieron con el silencio de más de 30 años, sino procuran un mejor mañana para ellas, para los suyos y para todas las mujeres víctimas de la violencia sexual.

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