#Opinión | Kajkoj Máximo Ba Tiul¹ – Centro de Reflexiones Nim Poqom.

Desde la primera vuelta electoral, comenzamos el largo caminar por el rescate de la incipiente democracia y el Estado de derecho en el país, ahora bajo el paraguas de la anticorrupción. No debemos perder de vista que para atacarlo, se debe tomar en cuenta que, para arrebatarle los criminales la administración del Estado, se necesitan otros cien pesos más, como se dice en el lenguaje coloquial. Estos aún tienen el control de una gran parte de la institucionalidad: Corte de Constitucionalidad, Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia, Congreso de la República y muchos espacios técnicos en todos los ministerios y en los departamentos el control que ejercen por medio de los CODEDES, COMUDES y alcaldías municipales.

La participación activa de empresarios de todo tipo: CACIF, FUNDESA, CORPORACION MULTIINVERSIONES, supuestos empresarios independientes, finqueros, bufetes de abogados, que aunque hayan prestado algunos de sus peones para ocupar puestos de gabinete y secretarías, no quiere decir que hayan cambiado en sus esencia criminal, porque no se van a resignar tan fácilmente a dejar de mamar la leche de una vaca que ya está flaca (Summit de Energía Renovable (SER) (prensalibre.com)).

Los miembros de este grupo que muy folklórica y domésticamente se le llama “pacto de corruptos”, mejor llamado “pacto criminal”, no dejaran fácilmente lo que han obtenido, como gobernar en base a un sistema criminal. Y esto se demuestra todos los días, en todo el territorio nacional, de esta forma: “Los collares colgados en el cuello, los brazaletes en la muñeca de las manos, los costosos trajes incluso típicos, las pintadas de cabello, las grandes fiestas de los barrios, fiestas patronales, los lujosos panteones en donde son enterrados, las imitadoras de las barbie, pueblos
que parecen ser escenarios donde filmaran películas de narcos, las armas de grueso calibre en la cintura y más, son símbolos que nos muestran; que hacer dinero fácil, ha penetrado en el imaginario de la gente, haciendo que muchos lo tengan como perspectiva de vida”.

De tal suerte, que si no sentamos cabeza, Guatemala, podría estar pasando de un Narco-Estado, a un Estado administrado por el crimen organizado (¿Cómo se infiltró el crimen organizado en el gobierno de Guatemala? (insightcrime.org)), pero con cara de democracia. Esto quiere decir, que no solo estamos ante instituciones presas por la corrupción, sino de un grupo criminal, enquistado hasta en sus entrañas y que se niegan a salir y se dan el lujo de llevar la cosa política como si fuera un pleito doméstico (La fiscal general de Guatemala invita al presidente a reunirse con ella tras dos intentos fallidos (europapress.es).

Esta forma de gobierno criminal, es un sistema complejo, porque es muy difícil de definir y analizar, en donde están los buenos y en donde están los malos. Quienes lo dirigen y quienes son trabajadores. Pero si hay que reparar en su ambigüedad discursiva, por ejemplo, un “Dionisio Gutiérrez, llamando y convocando al voto por Arévalo y luego llamando al voto en Bolivia a favor de Tuto Quiroga”, uno de los promotores del golpe de Estado contra Evo Morales.

La corrupción, nepotismo y la violencia son propias del capitalismo. Estos males por decirlo de algún modo, son aprovechados por clanes o linajes de familia quienes dominan el campo político y económico. El fruto de la corrupción y el crimen son invertidos muchas veces en tiendas, almacenes, construcción de edificios, empresas de cartón, como espacios propicios para lavar dinero y que luego son aprovechados por los bancos del sistema, convirtiéndolos en legal, repartiendo tarjetas de créditos, préstamos, etc. Si no fuera así, por qué, la existencia de una gran cantidad de “cajas rurales”, en todo el país, que no es solo para facilitar las transacciones, sino para que el dinero corra más rápido y algunos de ellos están calladitos porque ya Arévalo tomó posesión, como voto de confianza ante los gringos, pero siguen manejando a su antojo parte de la institucionalidad del Estado.

En el campo político actual, el gobierno debe tener decisiones mucho más firmes y contundentes. En pocos días hemos estado pasando de frustración en frustración, y los ciudadanos, puede ser que se cansen de esperar los cambios. La elección del primer gabinete de gobierno, (¿Gabinete negociado? (Reacción rápida) – Prensa Comunitaria), aún no se ve una decisión política clara en relación a la fiscal general, como que se olvidó que la población exige “fuera Consuelo” y estamos esperando como va a pasar con la elección de nuevos gobernadores, ojalá que no nos vayamos con la finta de la “nueva política”.

En estos tiempos, la política se ha convertido en el mecanismo de “negociación para medio gobernar”; “yo te doy, tu me das” o como el viejo principio del capitalismo: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. La política como arte de gobernar, quedó en el imaginario lejano, ahora la política es, el arte de “negociar para medio gobernar”. En este proceso de negociación, los antagonismos, se diluyen en el arte del negocio y que a veces se confunde con el “arte de dialogar” (Bloques designan a presidentes de comisiones legislativas, VAMOS insiste en ilegalidad – La Hora; VAMOS atrasa el trabajo en ocho comisiones legislativas – La Hora).

Entonces, estamos esperando cual es la estrategia del nuevo gobierno, para avanzar contra la corrupción y por eso, estamos esperando el plan de los cien días. Mientras tanto la población sobre todo indígena no debe dormir, porque no hay que permitir que nuevamente se fortalezcan gobernantes, que “se han creído ser la sede soberana del poder y de la comunidad política” (Dussel, 2006:14)


1 Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, investigador