#OPINIÓN – Kajkoj Máximo Ba Tiul – Centro de Reflexiones Nim Poqom

28 de diciembre de 1981, queda marcado en el corazón y en la mente de la población de San Cristóbal Verapaz.  La política contrainsurgente y la desaparición selectiva, en contra de comunidades y  de personas acusadas de tener vínculos con la guerrilla y el movimiento social de ese entonces, dirigido por el Estado de Guatemala, por medio del ejército de Guatemala, G2, Patrulleros de Autodefensa Civil, Orejas y fuerzas de seguridad de las compañías como la Hochtieff, Solel Bonell, COGEFAR; constructoras de la hidroeléctrica de Chixoy, así como la Fábrica de Calzado Cobán, comenzaría a dejar un hondo dolor y pesar en varias familias guatemaltecas.

Ese 28 de diciembre como a eso de las 8 de la noche, hacen su ingreso al municipio vehículos que habían salido de la Zona Militar Número 21 de Cobán, Alta Verapaz, en donde se transportaban integrantes de la G2 como: el Pelón, el Bigotes, el Lara, el Pajuil, el Piticuiz, el Pato Batz y otros.  Estos tenían la orden de secuestrar y desaparecer a varios jóvenes del municipio.

Hombres y mujeres jóvenes, que solo buscaban un mejor desarrollo para el municipio.  Hombres y mujeres que por la violencia institucional de ese entonces, se les truncaba su futuro y el futuro de todos los demás.  Hombres y mujeres que fueron desaparecidos de manera forzoso, sin tener la posibilidad de declarar ante juez competente por lo que se les acusa.

Desde esa fecha lamentamos en el pueblo, la forma salvaje como fueron desaparecidos Lázaro Morán, Teresa Jul, Alfonso Jom.  Los restos de los tres ya fueron encontrados en las instalaciones de lo que hoy es CREOMPAZ.   Falta otros más, que fueron secuestrados en esa fecha y en las posteriores.  Sobre los tres, hasta hace apenas un año, se comprobó fehacientemente que fue el ejército de Guatemala, quien los secuestró, torturó, asesinó y los luego los enterraron de forma salvaje.  Hasta hace apenas un año, que las familias tuvieron certeza de que fueron secuestrados por el ejército y estos lo habían negado durante muchos años.

Ese 28 de diciembre quedó grabado en nosotros, quienes vivimos ese tiempo oscuro de nuestro país.   Esa fecha no debe borrarse de nuestra mente y de nuestros corazones.

Lázaro, Teresa, Alfonso, los Ottos, Guayo, Vitalino, Don Poli. Güicho, muchos y muchas más, seguirán vivos.  Son de los hombres y mujeres que nunca mueren

“Quiénes son Ustedes, que nunca mueren.  Nosotros somos los hijos e hijas de aquellos que Ustedes quisieron matar hace muchos años y nunca podrán contra nosotros” (Popol Wuj)