Durante la crisis que ha generado por covid19, la olla comunitaria ha servido  más 40  mil raciones  de comida en la ciudad capital, y en otros departamentos del país y bolsas de vivieres entre familias con banderas blancas.

Con el apoyo de las personas que donan alimentos y recursos económicos, y jóvenes que realizan labor de voluntariados que se arriesgan y demuestran que la solidaridad no está en cuarentena.

Debido que el 20 de mayo, se anunció el cierre, tras presentarse casos sospechosos en uno de los albergues beneficiados se evitó el foco de contagio de covid19.

A través de  comunicado Rayuela GT, dio conocer que los voluntarios realizaron el hisopado y el resultado fue negativo a covid19, además exigen al gobierno de Guatemala que dé la cara para toda la población que se encuentran vulnerables.

Cabe resaltar a lo largo de este tiempo se ha exigido al gobierno de Guatemala que asume la responsabilidad ante ciudadanos que han quedado sin ningún ingreso y que viven del día, derivado a la emergencia sanitaria.

Ante la falta de personal médico que han arriesgado su vida y no cuenta con suficientes insumos salarios justos,  familias que fueron desalojados por falta de pago, por los comerciantes de la economía popular que no han sido incluidos en los listados de los alcaldes para optar a los programas sociales, y niños que están muriendo por desnutrición en el corredor seco a donde no llegan los alimentos, personas con discapacidad, adultos mayores y madres solteras que no tiene un techo digno, un plato de comida y un ingreso fijo quedarse en casa durante la pandemia.

Por las dos mil familias que a diario comen de la olla comunitaria, porque el Estado se olvidó de ellas.