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#Quiché | La familia del niño Claro Santiago Pascual esperó 35 años para recuperar su cuerpo y enterrarlo de acuerdo a la costumbre de su pueblo.

Según testimonio de la familia del niño Claro Santiago, la guerra los alcanzó y el miedo los obligó a internarse en la cumbre Santa Ana, lugar donde se refugiaron de la violencia que traían consigo los enfrentamientos entre ejército y guerrilla. En 1982 la aldea Estrella Polar fue blanco de una masacre y obligó a la familia a abandonar su hogar para salvar sus vidas.

La familia se enfrentó a escasez de comida, medicamentos y agua, por lo que se agravó su salud. Estos factores y las condiciones del tiempo provocaron la muerte de Claro cuando tenía siete meses. La familia se vio obligada a enterrarlo en un cementerio clandestino que crearon las personas que conformaban el campamento que se escondía de la guerra.