#Opinión – Kajkoj Máximo Ba Tiul – Centro de Reflexiones Nim Poqom.

América Latina, ha buscado por todos los medios, descolonizarse e independizarse definitivamente de cualquier modelo imperialista. Desde las luchas impulsadas por Tupac Amaru, Tupac Katari, Atanasio Tzul. Manuel Tot, María Guarchaj, Bartolina Sisa, entre otros y otras; en contra del imperialismo español y la iglesia. Años después; Simon Bolivar, José Marti, Emiliano Zapata, Cesar Sandino, Arbenz, Allende, Castro, Guevara, Domitila Chungara, Tránsito Amaguaña, Dolores Cacuango, Adela Caal, otros y otras; en contra del imperialismo norteamericano y del sistema capitalista.

A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, aparecen en América Latina, gobiernos progresistas que intentan de igual modo, tumbar o desmontar el mismo sistema. Este momento es inaugurado por Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, los Kirchner, Lula. Estos impulsados por movimientos sociales que se recrean y se regeneran alrededor de los Foros Sociales mundiales, continentales y regionales.

Por su parte el movimiento de pueblos indígenas, emergido en los años de 1970, a raíz de los encuentros de Barbados I y II, así como los encuentros continentales sobre Etnodesarrollo, recuperan su fuerza para iniciar un proceso de emancipación. Estos también se fortalecen con los encuentros indígenas del continente que nacen en los años de 1985 en Bogotá Colombia y llegan a su máxima expresión en la Campaña Continental Indígena, Negra y Popular, organizada para discutir y reflexionar alrededor del quinto centenario de la invasión europea a América Latina y la ruta que se seguiría para desmontar y desterrar el capitalismo en los territorios.

Estos años, sirvieron para comprender y renocer mucho mejor al sistema que destruye al pueblo. Un sistema que “no reconoce más brújula que el interés y la ganancia; otro estímulo de la actividad y progresiva riqueza; otra finalidad del Estado que la dominación y hegemonía sobre los demás Estados, por lo menos, en nuestro Continente. La caja fuerte es su verdadero altar; la divinidad, el dólar; y la víctima, el pobre, el desvalido, ora se llame individuo, ora colectividad humana”

Después de estos años cruciales y de nuevas formas revolucionarias en el continente, con la muerte de Chávez y de Ernesto Kirchner, se inicia una nueva etapa del capitalismo en nuestra región. Ahora, con una expresión mucho más salvaje, que implica su total control de los recursos naturales y humanos en los territorios y lo hace con el apoyo de gobiernos y líderes políticos y sociales que simpatizan con el modelo económico hegemónico, que empobrece a los pueblos.

Por eso “es inexplicable la ceguedad con que muchas naciones […] se entregan hoy en brazos de los anglosajones, mirándolos como factores segurísimos de engrandecimiento y ventura para los pueblos”2. Argumentando el carácter social y humano del capitalismo; sobre todo norteamericano que no tiene nada de humano, al contrario sigue siendo salvaje y depredador. De tal manera, que el capitalismo sigue siendo un sistema que solo cambia de forma, pero no de esencia.

Con razón algunos afirmaran, como Fanon, que “todas las formas de explotación son idénticas, porque se aplican, todas por igual, al mismo “objeto”; el hombre, y creemos que eliminar esta explotación es una responsabilidad histórica e indiscutible”. Este es el reto que debemos asumir, porque no debemos de pensar y asumir, que el verdadero enemigo de los pueblos es el “sistema capitalista”. “El Tercer Mundo no debe contentarse con definirse en relación con valores previos. Los países subdesarrollados, por el contrario, deben esforzarse por descubrir valores propios, métodos y un estilo específico”.

Las movilizaciones sociales en Haití, Ecuador, Argentina, Chile, Brasil, en contra de las políticas neoliberales de los gobierno. Los doce días de movilización en Ecuador, que hizo retroceder al gobierno de Lenin Moreno, otro miembro del Cartel de Lima, en el que se incorporará seguramente el nuevo gobierno de Alejandro Giamattei. Nos traza un nuevo camino.

El capitalismo y el imperialismo norteamericano, sigue siendo como en su origen, “mentiroso y embustero”. Sobre todo “si la codiciada presa no se enreda prontamente en el lazo, vienen al auxilio del cazador, el soborno, el cohecho, que no faltan corrompidos y traidores que venden sus patria por ambición o por codicia”4. Como lo ha hecho hasta hoy el “corrupto de Jimmy Morales”, al quedar bien con Estados Unidos, para poder encontrar el lugar propicio para irse en cuanto se sepa que la justicia lo está buscando.

Ecuador, como en su momento lo hizo Guatemala, con la revolución del 44, nos está marcando la pauta. Solo los pueblos pueden hacer retroceder al neoliberalismo. Hay luces en el camino, solo falta unir fuerzas para avanzar hacia la construcción de naciones más humanas y justas. El reto, es poner en primer lugar a los pobres y ninguneados, que los proyectos individuales y grupales. Sobre todo, porque el progreso impulsado por el capitalismo en vez de desarrollo humano y colectivo, ha generado más pobreza.

Entonces, ¿si Ecuador dio la pauta desde 1998, entonces Guatemala como para cuándo?. Como en su momento un líder boliviano decía: “Si ustedes los guatemaltecos nos enseñaron, porqué se han quedado atrás”.