En la ruta migratoria la violación de los derechos humanos de las personas migrantes es una constante, pese a migrar en grupos masivos las fuerzas de seguridad del Estado se han encargado de frenar su caminar.

La violencia y abuso en contra de las personas migrantes inicia en Guatemala, a pesar de la existencia del Convenio centroamericano de libre movilidad CA-4, que permite el ingreso ordenado de las y los centroamericanos.

«Ese excesivo, desmedido uso de la fuerza de la policía y el ejercito guatemalteco son hechos deleznables y han sido condenados por organizaciones, entonces en Guatemala han empezado a sufrir todas las violaciones de los derechos humanos» dijo, Julia González, de la Mesa Nacional para las Migraciones (Menamig).

Aunque el Código migratorio reconoce el derecho a migrar, aún no cuenta con los reglamentos que permitan su funcionamiento, por lo que la atención migratoria se enfoca en la seguridad de las fronteras y no de las personas, «el cambio de la Dirección General de migración al Instituto Guatemalteco de Migración no se dio de la manera que tenía que ser,  (…) en lugar de enfocarse en el derecho a migrar, más bien pareciera que es un tratamiento a la seguridad nacional, las viejas escuelas para enfrentar el tema migratorio en nuestro país» señala González.

La defensora resalto que existe una responsabilidad de los estados al impulsar políticas antimigratorias y no responder a las necesidades de la población, criminalizando a las personas y la pobreza.

Este es un extracto del análisis que se realizó en el programa radial «Mucho de Que Hablar», escuche todos los martes y jueves por radio FGER en la 1420AM departamento de Guatemala y por www.fger.org/radioenlinea