#Opinión – Kajkoj Máximo Ba Tiul – Centro de Relexiones Nim Poqom.

Yo solo quiero imaginarme tu voz, tu sonrisa y tu alegría,

como todas las chicas de tu edad,

soñadoras y con la esperanza de salir adelante,

con la frente puesta en alto como nos lo enseñaron nuestros abuelos y abuelas.

Lamentablemente naciste en un país,

donde las posibilidades de superarse son pocas,

y a pesar de la pobreza,

te esforzaste con tu familia hasta graduarte de perito contador,

como muchos y muchas de este país.

 

Te encontraste en un país donde hay pocas posibilidades,

un país controlado por una pequeño grupo de ricos,

ricos que saben que nosotros valemos más muertos que vivos,

ricos que nos han sumido en la pobreza.

 

Por eso tuviste que migrar,

para ver si así construías tu sueño,

por eso saliste un día con la esperanza de volver a tu pueblo,

a tu aldea, a tu comunidad, con tu premio en la mano.

 

Acaso, no escuchaste el cantar del guardabarranco,

la voz del tecolote,

el cascabel de la serpiente,

o el canto del pájaro carpintero.

 

Ellos son los mensajeros de la vida y de la muerte,

ellos te dijeron algo,

pero ese algo no lo pudimos interpretar,

o no lo supiste interpretar.

 

Seguiste tu camino,

para encontrar lo que querías,

sin pensar que los señores de la muerte,

los chacales del neoliberalismo,

los perros falderos de quien promueve racismo,

te iban a truncar la vida.

 

Ahora,

ya estas con nuestros ancestros, estarás contándoles lo que realmente te pasó,

allí encontraras a los nuestros que ya se fueron,

te pido que les lleves un saludo.

 

Te encontrarás con Junajpu e Ixb’alamke,

con Ixmukane, Ixkik,

con B’alam Kitze’, B’alam Aqab, Majukutak e Iqui B’alalm,

con Qaja’ Palona’, Tz’ununinja’, Qaqixaja’ y Chomija’,

con Mamá Maquin, Teresa Caal, Matilde Caal,

con muchas más.

 

Alguna de ella será la kulul ula’1,

están esperándote con el pom, las candelas y la chirimía,

te servirán la bebida sagrada: el CACAO,

y pasarás a contar lo que viste y escuchaste.

 

Claudia,

ahora te has convertido en otra anciana,

estarás para siempre con nosotros,

y serás otro símbolo de la resistencia al neoliberalismo.

 

No descansaremos hasta que haya justicia,

ayúdanos desde donde estarás

para que nadie más que tenga que irse para salir de la pobreza,

pueda ser asesinado por los jinetes del mal.

 

No te digo ¡ADIOS!

sino ¡HASTA SIEMPRE!


1 Quién recibe a los invitados, en idioma Q’eqchi’